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viernes, 7 de marzo de 2014

LA NIÑA DE NADIE PARTE IV

  Al amanecer ya estaban en el camino...tenían por delante dos dias de arduo viaje asi que no podían perder tiempo . Con paso ligero a mediodía ya habían andado un buen trecho, entonces el minero resolvió sentarse y comer algo a la sombra de un chopo.

  Después de masticar unas nueces y un mendrugo de pan, Edgar se dispuso dormir un rato antes de proseguir. En ese mismo momento se dió cuenta de la introversión de la niña.

  -No me has dicho tu nombre niña-la interrogó- a lo que la niña contestó dándole la espalda,sin ninguna gana de abrir la boca. De repente sintió como si algo la golpeara en en hombro, se dió la vuelta y vió a su acompañante distraído con una rama, se volvió a dar la vuelta, no le apetecía hablar con ese gigante maleducado que ni siquiera se había molestado en saber de su procedencia; volvió a sentir una piedra chocando en su espalda, se giró con una furia inusitada pero Edgar seguía ensimismado con la ramita, parecía bobo, y zas!...otra pedrada en la cabeza,pero qué o quién la estaba tentando así?.De pronto aquel hombre estalló en carcajadas, no una risa normal, no, unas risotadas que retumbaban y asustaban hasta a lo pájaros, escuchándole no pudo sino primero sonreir extrañada para luego contagiarse de esa estruendosa risa; y así estuvieron los dos al menos veinte minutos sin poder parar, hasta que empezó a dolerles la tripa...cuando ya la tranquilidad del entorno volvió, ella respondió a la pregunta...- Mi nombre es Violeta.

  -Violeta volvamos al camino , hemos de llegar a la colina antes de que anochezca -y se pusieron en marcha de nuevo, cansados pero más ligeros, pues habían soltado lastre de sus corazones...





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