sácame del rincón
de tu armario
que la luz atraviese
un níveo cuerpo
en la duda
inmaculado
necesitado del aire
o el viento
calando los huesos
de olor macilento
escucha el quejido
sin voz
de tu otra mitad
que habita el rincón
de tu armario
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, me interesa!