Nunca tuve pareja de baile,por lo que todos los Domingos por la tarde acudía con mis mejores galas a la sala "Tinao" ,me sentaba siempre en la última mesa...al lado de la pista, junto al espejo de la columna. De vez en cuando me percataba de mi reflejo y con un tímido ademán me invita a bailar ,siguiendo los pasos de algún bonito vals, el mismo gesto con el que yo misma ,declinaba la amable invitación.
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