Un viernes cualquiera
de regreso a mi trinchera
en la estación de Pacífico
desde el andén saltó
un pescado de color vivo
sentado a mi lado
con fresco y amable rostro
me miró de soslayo
y preguntó:
-Se baja en el Índico?
Demasiado calor aquí
que no soporto
y demasiada gente
a la que nada importo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, me interesa!