En qué desamparo
de cielo naciste
una noche apacible
de fieras mujeres
y pueblos
caíste en mis manos
del color de los truenos
queriéndote
desde más allá
del maldito tiempo
eras mia
y de mi espejo
te agarrabas
con tus hábiles sonrisas
me pedías pan y leche
me querías
me querías
y yo lo sabía.
Te quiero ,mi pequeña.
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