ni un mañana,
ni equipaje,
más que uno,
tú recuerdo,
de tus besos,
de tu imagen
con un libro de poemas
en las manos.
Y cuando vuelva
no quiero bienvenidas
o fuertes abrazos
ni regalos,
más que una cama
y tus ganas.
Mientras tanto,
nuestro tiempo
se congela,
aguarda en mi puerta,
y cuando vuelva
no hará falta,
salvo un "te quiero,
larguirucha".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, me interesa!