Buscar este blog

martes, 4 de marzo de 2014

LA NIÑA DE NADIE PARTE I

  Se acercaba el ocaso en ese dia interminable para muchos,para Edgar simplemente se acercaba una nueva noche de descanso.Al sonar aquel insoportable aviso de jornada completa,todos los trabajadores de la planta se prepararon rápidamente ,poco más qué recoger la tartera sucia y el paquete de tabaco,y salieron apresuradamente hacia la salida.

  Edgar se movía con lentitud ,total,nadie le esperaba en casa,vivía sólo desde siempre,nunca tuvo más compañía que su propia sombra.No sentia ningún tipo de tristeza...su soledad era voluntaria y por tanto respetada por todos los integrantes de la aldea.Nunca nadie le preguntó nada.En corrillos rara vez se contaba de una mujer que le partió el corazón,una joven forastera,pero que ya nadie recordaba,no les parecia relevante.Todos respetaban al vecino taciturno,asi que cuitas pasadas no importaban a nadie.

El hombretón llegó a su cabaña con todas las luces de la calle ya encendidas,asi que no tuvo ningún problema por el camino.Se quedó en la puerta un rato  más,mientras se liaba un cigarrillo y hacia un repaso mental de aquel  extraño dia.

   Se despertó sobresaltado esa mañana,al instante se dió cuenta que era tarde,el  gallo del vecino no habia cantado,era la primera vez en años...
En un movimiento se puso en pie y se lavó la cara con agua fria del pozo,se vistió y sin poder sorber ni un poco de café ,fué dando zancadas kilométricas hasta su lugar de trabajo...la mina de cobre.

  Todo el mundo en ese lugar tenía algo q ver con la explotación,ya porque fueran trabajadores directos o indirectos ,ya porque tuvieran algún tipo de parentesco con los Lodwell,absolutos amos ,no solo de la mina sino de todo aquello que la vista alcanzara en cualquier dirección de aquella región.

  Nadie se atrevió a reprender a Edgar,ni el propio capataz,-por ser la primera vez lo pasaría por alto- comentó a los presentes,aunque todos ya sabían la verdadera razón de aquella licencia,por supuesto la   cobardía.

Inmediatamente se enfrascó en su rutinaria tarea toda la mañana.Pasadas las horas, el sudor y el polvo se entremezclaban convirtiendo su cuerpo en un lodazal.
Al comienzo del merecido descanso reinaba un silencio casi sepulcral al detenerse todas las máquinas, hornos y voces ahogadas por el ruido.Nadando entre sus pensa ientos recordó que no le había dado tiempo ni a coger un mendrugo de pan antes de salir volando hacia el trabajo.No tenía nada que echarse a la boca,asi que directamente se echó sobre tierra firme dispuesto a cerrar los ojos mientras todos los demás mineros engullían el almuerzo apresuradamente.

  Justo que pasaron un par de minutos cuando escuchó una voz que le llamaba por su nombre completo-Jhon Edgar Mistery!-,en dos movimientos rápidos se puso en pie y se aseguró que era el a quien llamaban:-Jhon Edgar Mistery!!-reiteró el aprensivo capataz...-No tengo tiempo para esto!...maldita sea!...Edgar!!...te quieren en la oficina!-vociferó mientras se alejaba..

  El ingente a la vez que insignificante trabajador se quedó inmóvil,palideciendo mientras se preguntaba qué demonios querría el viejo Lodwell de un ignorante como él...




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, me interesa!